Aplaudimos los caracteres fríos y devaluamos la vulnerabilidad

Es una reflexión que lanzo al aire. Me da la sensación de que normalmente, valoramos y validamos mucho más los caracteres que se aproximan a la indiferencia, a procesar aquello que les ocurre con frialdad, o directamente no procesarlo, a no sentirlo, a hacerlo a un lado y seguir con su vida, porque ya sabemos que “shit happens”.

Y no estoy hablando de resiliencia. Pienso en el arquetipo de la “bad bitch” en el cine y las series, en cómo admiramos (he estado ahí) los personajes que se ríen y se distancian de sus desgracias, que encajan perfectamente un rechazo o un duelo amoroso, que parece que les da igual, como si eso fuera sinónimo de fortaleza (cuando no es por nada, pero esto huele a evitación que te mueres).

Luego están los caracteres que muestran más sus vulnerabilidades, que se expresan, que lloran, que piden, que buscan cercanía, conexión e intimidad, y me parece curioso como automáticamente les atribuimos una connotación más negativa, como si por mostrar todo aquello fuesen personas más débiles, menos trabajadas, menos gestionadas emocionalmente.

Y me da pena, me da pena vivir en una sociedad que penaliza la sensibilidad, la vulnerabilidad y la emocionalidad. Porque creo que nos lleva a construir espacios que no son seguros, que reprimen y que castigan. Que juzgan.

¿Acaso queremos una vida de anestesia emocional?