El conflicto forma parte de las relaciones
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octubre 23, 2024La pareja como espacio de crecimiento
Nos gusta pensar en las relaciones como espacios para el crecimiento y el desarrollo, algo así como dejar que la planta crezca y eche sus flores. Espacios en los que se cultive la individualidad personal, sin que eso suponga poner en peligro el vínculo con la otra persona. Pero es que a veces nos metemos en una dicotomía en la que parece que o me priorizo yo como individuo, o priorizo mi relación de pareja, dejándome a mí atrás.
Las relaciones no deberían tener que suponer renunciar a mi relación conmigo, sino ser un espacio de crecimiento, descubrimiento, libertad para seguir viviendo la vida como quiero vivirla, pero por supuesto, como siempre, teniendo coherencia con la otra persona, creando acuerdos razonables y siendo congruente con ellos.
A mí me parece que una relación que me deja chiquitita, me hace tener que reprimir parte de mi identidad, me controla, o funciona a base de que deje de funcionar yo, no puede ser una relación que yo quiera para mí. Hay muchas cosas que no elegimos en la vida, que simplemente nos vienen dadas. La pareja no es una de ellas. Por suerte, es una elección consciente que yo decido hacer y renovar día a día.
Evidentemente, como cualquier decisión que tome, eso me supondrá asumir ciertas renuncias, y ahí entran los acuerdos, para que todas las partes implicadas expongan sus deseos, necesidades y límites que, ojo, pueden cambiar con el tiempo, porque mientras vivamos y estemos en constante evolución, esto no iba a ser la excepción.
Estar en pareja no debería significar renunciar a nuestra libertad ni limitar quienes somos o lo que deseamos vivir, debe ser una fuente de apoyo y crecimiento mutuo. No una cárcel. En lugar de reprimirnos, una relación queremos que sea el lugar seguro donde poder expresarnos libremente y desarrollar todas nuestras facetas.
Queremos que enriquezca la experiencia de vivir, abriéndonos a nuevas oportunidades y aventuras compartidas. Se trata de fomentar un entorno donde se pueda seguir evolucionando y aprendiendo.
Defendamos las relaciones como espacios de crecimiento y no de represión.